en mi vida
hay un hombre
que asoma su cabeza
por mi ventana
un par de veces
por semana
está ya mayor
está triste
y siempre
le duele algo
sé que lo conocí
hace mucho
mucho antes
de nacer
le gusta mi sofá
y mi casa
me dice que le da paz
se echa la siesta
y yo lo miro
me parece
casi un niño
nunca suelo recordar
ni contar
que este viejo
me hizo temblar
de miedo
unos veinte años atrás
se despierta
y yo sonrío
porque ya
nos podremos comer
las dos cañas de chocolate
que ha traido
para merendar
domingo, 14 de marzo de 2010
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