lunes, 12 de octubre de 2009

No es lo mismo decir la reina de Java que se dejaba la reina

¡Que divertido es ser mujer! Una mujer como yo, quiero decir.
No, él tampoco me quiere sólo por un polvo, ¡todos quieren algo más de mi!
Que divertido es poder hacer lo que quiera, y conseguir a quien quiera. Si cobrara por ello ya tendría mi piso pagado. ¡Que tontería, eso haría de mi una puta, y los hombres no quieren a las putas! Perdería todo mi encanto. Ya me pagan suficientes cenas. Y aquella pulsera de oro blanco de Cartier que me regaló el probrecillo. Lo dejaré esta noche, parece que se está enamorando y no quiero hacerle daño.¡Al fin y al cabo soy una mujer honrada! Bueno, quiero decir honrada dentro del caos de este mundo. No honrada como mis padres me enseñaron a ser. De ser así probablemente estaría casada con un desgraciado, atendiendo todos sus caprichos. Estaría como una vaca, y tendría críos. A veces si que lo lamento, lo de no haber tenido hijos. ¡¿Pero que sería de mi vida de ahora con niños?!
Mira a María como se estropeó cuando tuvo a Paquito, engordó y se le cayeron las tetas. Ahora Paquito padre se pasa las noches de juerga con otras mujeres. Pobre María, mira que se lo advertí. Aunque todo hay que decirlo, yo no siempre he sido tan sabia como ahora. Una vez estuve a punto, yo misma, de casarme y esas cosas. Menos mal que lo pillé en la cama con mi cuñada. Si, he dicho cuñada. Dos semanas antes de la boda. De lo único que me acuerdo a veces es de la confusión que me supuso el no saber sobre cual de los dos abalanzarme primero. Debieron pasar tres eternas milésimas de segundo, hasta que opté por salir corriendo de allí. En un momento así, te puede todo menos la razón. A día de hoy, mi cuñada sigue llevando ese titulo, además de otros cuantos no tan nobles que ya me he encargado yo de ponerle. A mi hermano, en cambio, lo he nombrado Barón de los Bobos. En cuanto a mi, bueno, no me va nada mal reinando en la Isla de Java, aunque últimamente incluso algunos me creen su Diosa.
¿Que estoy haciendo? Me he vuelto a ir por los cerros. ¡Ah si!, el ricachón. Voy a vestirme bien corta y bien sexy para que además de su corazón, salga herido su ego. "¿Que te has creído tú, la reina de Java?" Pues si, así es. Buenas noches y buena suerte. Mañana tacharé otra letra del abecedario.