viernes, 22 de mayo de 2009

¿Quién entre nosotros no es, a ratos, indigno de ser amado? ¿Y no son precisamente ésos los momentos en que secretamente anhelamos y necesitamos que más nos amen? ¡Oh!, la magia de que alguien a quien hemos maltratado nos retribuya con una trato amable; el milagro de oír, cuando hemos dicho: "Siento haber pronunciado esas palabras crueles", la respuesta: "¿Qué palabras crueles? Yo no las he oído".

Entonces el corazón estalla de júbilo y la copa se desborda. Porque este secreto antiquísimo de la alquimia es un secreto muy sencillo:



Si fue negativo, no sucedió... excepto en el mundo de la quimera.


Linda Goodman. Los signos del zodiaco y el amor.