-Me gustas, Midori.
-¿Cuánto?
- Me gustas como un oso en primavera.
-¿un oso en primavera? - Midori volvió a levantar la cabeza-. ¿Qué es esto? ¡un oso en primavera!
- Imagina que paseas sola por un prado y se te acerca un osito con la piel aterciopelada y unos ojazos. De pronto el osito te dice: <<¡Buenos días, señorita! ¿Quiere usted rodar conmigo?>>. Entonces tú y el osito os pasáis el día entero rodando abrazados por una ladera sembrada de tréboles. Es bonito, ¿no?
- Muy bonito.
- Pues a mi me gustas tanto como eso.
Tokio Blues
Haruki Murakami
jueves, 21 de octubre de 2010
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