jueves, 17 de julio de 2008

En La Sed Mortal




Llevo ya una copa de mas,
aqui en La Sed Mortal, cuando llega Dodo.
Y yo no me muevo de aqui,
y aun asi habre de llegar a la conclusion de que no hay
un ser mas culpable que yo,
ni lo habra, sobre la tierra.
Y empiezo a pedir asi:
Por las cosas que siento y por aquellas que odio sentir,
por mi mala cabeza
porque mi calavera, ella no dejara de reir,
por las lunas nuevas,
por las cosas revueltas que dan vueltas dentro de mi,
por seis anos de penas
y por cosas que ni tan siquiera me atrevo a decir.
Perdon por mis pies siempre frios,
por la noche pasada, y por la otra, y por aquella tambien.
Perdon por el Gran Sinsentido,
por querer comprenderlo y, sobretodo, por no comprender ...
Perdon.

Y Dodo me observa,
y yo le oigo rezar asi: "Perdon por existir."

Y amablemente invito a una copa a Dodo,
y el me cuenta que incluso los perros se ponen tristes despues de eyacular.
Y acabamos agarrados en La Sed Mortal,
y yo puedo jurar que no hay
un ser mas culpable que yo,
ni lo habra, sobre la tierra.
Y por dos mil anos de cristiandad;
por tener la osadia de alimentarme y de respirar;
por los superdotados,
por el hombre tripudo y por la liberacion sexual,
por el circo italiano,
por el viejo que agita una servilleta al hablar
y me jura y me perjura que en ella
ha resuelto el misterio de la Santisima Trinidad.
Perdon por la gente moderna,
porque corro el peligro de mirarla y perder la razon.
¡Perdon, por el amor de Dios!,
por la gran decadencia de una vida pidiendo perdon.
Perdon, perdon por los cuatro elementos,
por la tierra y el agua y el fuego y la polucion.
Perdon, perdon por todos mis lamentos,
por Dodo y, en fin, hoy pido por esta cancion.
Perdon.

Y os miro a los labios,
y a todos oigo pedir perdon por existir.

N.V